No soy un experto en el área de Recreación, pero cada vez que tuve la oportunidad de acercarme a ella, siempre se me viene esta primera idea a la cabeza: “recrear es re-crear, volver a crear”. Es como tomar prestada la noción de recordar de Eduardo Galeano: recordar, re-cordar (recordis), volver a pasar por el corazón.

Y este volver a crear, estimo yo, no es sólo una cuestión de reiteración, de volver a hacer algo; por el contrario, se trata de una segunda creación, de renovar el sentido de crear, de crear algo nuevo a partir de una creación (juego, campamento, dinámica grupal, etcétera). ¿Y qué será esto nuevo que se crea, esto nuevo que surge? ¿De qué índole o naturaleza es esta cuestión?

Varios pedagogos, a lo largo de la historia, han intentando abordar esta cuestión por la que la educación contribuye a realizar una “segunda creación” y, en este sentido, se vuelve recreación. Hoy, en este breve comentario, haremos referencia a los planteos de Paulo Freire y su noción de autonomía: el proceso por el cual se transita de ser creatura humana a constituirse en sujeto en la historia. Es el lento aprendizaje por el cual las pautas exteriores a cada persona (de convivencia, costumbres, roles sociales, lenguajes) se interiorizan y no mecánicamente, sino que implican una laboriosa segunda creación: la autonomía conjuga la libertad humana, la asunción de los condicionamientos sociales (y no determinismos) y la posibilidad de creación y transformación en todos los órdenes de la vida.

Considero que este planteo freiriano se puede articular con los postulados de Esperanza Osorio Correo, referente en el campo de la Recreación, cuando alude a que la recreación como satisfactor sinérgico; es decir, en la conjunción de diversos ejes se habilita la expresión de procesos personales y grupales, que abren la posibilidad de, entre otras cosas, crear algo novedoso. Se pone la autonomía en juego al poder disponer de lo (im) pensado, ampliando los tiempos y espacios para que surja algo diferente que, a su vez, puede ser alternativo, reparador, cuestionador. De esta forma, a la vez que la autonomía se puede traducir en crear, la recreación constituye un vehículo para que nuestras necesidades humanas, entre ellas la propia creación, encuentren pliegues de desarrollo.

Tal vez algo de esto que estamos planteando pueda quedar más claro si tratamos de visualizar algunas prácticas recreativas. “Pelota al medio la esperanza” es un conocido programa promovido por el Ministerio del Interior (Uruguay) desde el año 2010 que apuesta, a través del deporte, a generar espacios para la convivencia y la participación. Dejando de lado por el momento la discusión entre deporte y recreación, resulta clara su intencionalidad educativa, ya que su objetivo primordial no es lograr un espacio de práctica deportiva de élite ni de alto rendimiento, sino enfatizar el componente lúdico del fútbol y del básquetbol. A la vez, dicha arista educacional se realza cuando esta iniciativa articula esfuerzos con instituciones de diferentes tradiciones y formatos, tales como liceos, escuelas barriales de fútbol infantil, plazas públicas, etcétera.

Más allá de la creación de este espacio, se abre un intersticio para la re-creación, ya que los jóvenes que participan de él ponen en juego relaciones y prácticas humanas, abiertas e inciertas, como propone Paulo Freire. Pueden, estimo, re-crear vínculos, re-crear conversaciones, re-crear habilidades, re-crear nuevos territorios, re-crear lenguajes, re-crear movimientos, entre otras recreaciones. De esta forma, se desarrolla y amplía la autonomía, en la medida que los propios sujetos se apropian del espacio ofrecido y transitan por él haciendo otros recorridos, trayectorias y/o acciones, en consonancia con las intenciones de los educadores o no necesariamente. Se re-crea, en definitiva, una ética.

Así, la recreación tiene un gran desafío por delante: generar más espacios y ámbitos para que las personas tengan la oportunidad de asumirse como sujetos autónomos. Porque este es uno de sus mayores aportes formativos.

Artículo escrito por Mag. Alvaro Silva Muñoz para el blog recreación.uy

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